Universidad en democracia

Escribe Oscar Nasisi, rector de la UNSJ


 Editorial: Año III – Nº 24 – Diciembre de 2015

Nacida en el seno de una comunidad que no se cansó de golpear puertas y pedir su creación, la Universidad Nacional de San Juan es desde su origen, un bien social de todos los sanjuaninos. Esta afirmación podría resultar pretenciosa, si no fuera porque a lo largo de su historia, hubo y hay acciones concretas que dan testimonio de esto.
Desde el regreso de la democracia, en el Consejo Superior y en el Rectorado mismo empiezan a ponerse en marcha otros mecanismos de participación, a tono con la democracia. El Consejo Social Asesor surge como una necesidad de los universitarios de escuchar a la comunidad en la que se inserta UNSJ y de responder a sus demandas. Con este espíritu se crea también la Secretaría de Extensión Universitaria en el Rectorado y en las facultades y dentro de ella, surge el Programa Universitario de Asistencia Municipal, como una forma de responder a las demandas de los departamentos de la provincia. Se suceden los convenios con municipios, organizaciones no gubernamentales, entes intermedios de la provincia y la región, que permiten que la UNSJ se vincule de manera efectiva dentro de la comunidad.
Participar y permitir la participación de todos: tal fue y es la premisa. A más de 30 años de aquella recuperación de la democracia, estoy convencido que no hemos equivocado el camino. Por el contrario, creo que debemos intensificarlo. Hace poco, hablando ante jóvenes egresados, aseguré que la participación es un derecho y un compromiso. En ese sentido, sostengo firmemente lo que nuestro estatuto enuncia, cuando habla de los fines de la universidad: la formación integral de hombres y mujeres libres en una sociedad auténticamente democrática, centrada en ideales de independencia y participación; hombres y mujeres comprometidos con el ser nacional y con su realidad local y regional.
Estos son, a mi entender, los objetivos que no debemos perder de vista. A esa tarea estamos abocados, escuchando todas las voces, atendiendo el sano disenso y el debate de ideas, custodiando celosamente el espacio en el que todos puedan expresarse y apoyando todas las iniciativas que tiendan a ello.
Este es el rol de la universidad en la democracia. Y es mi aspiración, cuando termine mi tarea como rector de la UNSJ, dejar a quien me suceda una institución que educa para la democracia, a través de la solidaridad, la responsabilidad social, el compromiso por el acceso igualitario al conocimiento y la difusión de la ciencia, las manifestaciones artísticas y el libre pensamiento de todos.


Edición correspondiente a octubre/73 – Año III – Nº 24– Diciembre de 2015